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Devaluación récord y dólar por las nubes

Yatasto

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La jornada cambiaria de ayer cargó de nerviosismo la plaza financiera porteña. No terminaba de analizar porqué el dólar marginal puede impactar poco en la economía general según el oficialismo, que en las oficinas del Banco Central se sirvió más café de la cuenta. La prensa atenta y experimentada en coberturas de alzas del dólar, observó que en el edificio había una reunión distinta a la habitual de los jueves. El café era el mismo, pero la agenda había cambiado. Ante la disparada de la moneda norteamericana, el ministro de economía, Axel Kicillof, participó de la habitual reunión de los jueves del Central. Los sucesos de la devaluación sensibilizan a la opinión pública -a casi toda- y elastiza los precios de bienes argentinos e importados. El motivo de tanta atención ciudadana fue que en la víspera el dólar oficial marcó un nuevo récord y se llegó a ofrecer a $8,60 en la City porteña. El Gobierno, en una imaginaria competencia técnica-bancaria, hizo que el billete en algunos bancos públicos llegue al precio de $8,28.
El proceso devaluatorio tuvo ayer una aceleración inesperada para muchos, excepto para el sector financiero, productivo y del comercio exterior que, prácticamente, los había inferido días anteriores. Ahora esos actores económicos piden precisiones y un horizonte de certidumbre cambiaria.
La razón fundamental de esa expectativa es que la devaluación, al parecer, no seguirá como antes, por medio de una devaluación administrada, suave y persistente. En los últimos días se hizo en forma disparada. Así, en ese contexto de dejar flotar a su antojo el precio del dólar libre, quedó ayer el “blue”a $13,06.
Los operadores coincidían en este escenario tenso que la moneda estadounidense llegó a adonde llegó porque el Central no actuó antes ni durante los acontecimientos.
El resultado del disparo del dólar lo hizo aumentar un máximo de $1,55, y rompió así otro récord de alza desde el 2002. Bien comenzó el día cambiario, en la víspera se notaron subas marcadas y, pasada la media rueda, el dólar oficial registró un aumento mayor. Desde que cambió la autoridad monetaria, el Central mantuvo una política de prescindencia y no efectuó intervenciones. Siguió desde su control informado y privilegiado el movimiento de la plaza, hasta que a último momento intervino finalmente para frenar la escalada, luego de que el ministro de Economía, Axel Kicillof, mantuvo un encuentro informal con el directorio del Central, Juan Carlos Fabrega. La brecha entre el oficial y el blue continúa en disminución y es de 63,7% debido a la aceleración de la devaluación a nivel oficial.
Por su parte, el dólar bolsa también aumentó su cotización y operó a $11,08. Mientras por espacio de varias horas el modelo económico mostraba una arista devaluatorio fuerte, algunas “cuevas”eludieron llevar a cabo operaciones a causa de la sorpresiva situación. Astutas en el oficio de comprar barato y vender cuando llega el alza, decidieron no desprenderse de divisas hasta que el precio del billete quede fijado en una estabilización cambiaria. El dólar, como cumpliendo la ley física de flotación de los cuerpos, está volátil (igual que gas), carece de solidez al no tener precio y escasea por un exceso de atesoramiento y nadie quiere hacerlo líquido.
Apuntan a los especuladores
Inspectores del Banco Central y efectivos de la Policía Federal allanaron ayer oficinas de un edificio de la Bolsa de Comercio porteña donde supuestamente funcionarían “cuevas” que comercializan dólares en forma ilegal.
La AFIP en un último relevamiento informó que existirían más de 100 oficinas de estas características que se dedican a comercializar el dólar, pero más que nada a “fogonear” y a especular con el precio.
En una jornada “caliente”, más allá del clima, en total fueron 29 los allanamientos realizados en diversas sociedades de bolsa de la city.
Uno de los lugares allanados fue el edificio de 25 de mayo 347, donde funcionan unas 500 oficinas en las que además de operar estudios contables y constructoras, trabajan corredores, agentes de cambio, cooperativas, mutuales y otros negocios financieros. Los efectivos labraron actas y ahora buscarán conciliar la información recabada con los registros oficiales de la AFIP. El operativo, en el que participó el Departamento de Delitos Económicos de la Policía Federal con apoyo de la AFIP, se extenderá a Capital Federal, conurbano y el interior.
Los allanamientos realizados por las autoridades se realizaron en el marco de las advertencias del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien avisó que se iba a combatir el mercado paralelo que negocia el dólar con “la ley”.
Según trascendió, los operativos fueron realizados con el aval de la Ley Federal Cambiaria, que establece que toda operación de compra y venta de divisas que se realicen sin intervención de una institución autorizada será sancionada.
En Salta no vendieron
En Salta la demanda agotó rápido el stock de dólares de los “arbolitos”. El precio abrió para la venta a $12,10 y pronto, al ritmo febril de las noticias originadas en Buenos Aires, comenzó la escasez del billete.
La divisa, como si fuera una mercadería más, por falta de precio, no se ofreció a partir del mediodía. Había incertidumbre en los mecanismos técnicos y devaluatorios del Central, dicen estos ocupados del billete.
Como si fueran analistas financieros, los vendedores callejeros de la moneda, consultaban entre ellos según la vieja fórmula de que en Argentina los mejores informados sobre la plaza, ganan. Cabildeos, decisiones y actuación en cártel, dieron perfil mercantil a los “arbolitos”. Agrupados, controlaron el mercado. Se retiraron y dejaron un dólar inesperado: $12,80 (venta) y $12 (compra). La información compartida les aseguró para hoy una alta renta ocasional. Ayer, con esa punta vendedora y compradora, respectivamente, emprendieron al medio día el retiro de España Street. Fue el momento de más vacilación de precios en la City porteña. Esa plaza es referencia para el costo del dólar a los que los “arbolitos” locales agregan el “costo salteño”. Un plus que incluye cálculos propios, flete del billete y los altos porcentajes de la de intermediación.