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Gimnasia y Tiro se quedó con el triangular y ahora espera a Boca

Yatasto

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“Una golondrina no hace verano”, reza con sabiduría un refrán. Aunque tampoco los efectos de un verano ganador suelen ser determinantes a la hora de presagiar el futuro de un equipo. Al menos, son un buen indicativo e invitan a ilusionarse. Eso fue Gimnasia y Tiro, aunque no es poco, por la coyuntura del reinicio del Argentino A, en el que los de Salvador Ragusa deberán definir en quince puntos y en una posterior reválida su futuro en la divisional.
Lo cierto es que el albo se adueñó de la temporada estival 2014 tras vencer a Juventud Antoniana -el domingo pasado- y ayer a Central Norte, por 1 a 0, en el estadio Martearena, gracias a un bombazo al ángulo de Rodrigo López que hizo temblar a las redes de Carlos De Giorgi. Gimnasia se adjudicó su segundo clásico amistoso que lo erigió como campeón del triangular, que le otorgó un “plus” económico de 200 mil pesos y, de yapa, el derecho a enfrentar nada menos que al Boca Juniors de Carlos Bianchi, el próximo lunes 3 de febrero, en el mundialista.
El albo ganó porque mostró mayores argumentos que su rival, porque estuvo más aceitado, porque prevaleció el colectivo y también el acierto individual -por ahora- de las dos incorporaciones. Héctor López agarró la manija a pura gambeta y viveza y fue gravitante en la gestación del gol (a los 13 minutos con un zapatazo del otro López tras un córner del tucumano), como también incidió en los dos hechos puntuales que diezmaron al cuervo (las justificadas rojas de Aguirre y de Altamirano).
El millonario fue más dúctil y pudo incluso aumentar el marcador ante las invitaciones de la frágil defensa azabache. A los 24′ Villarreal habilitó a Guglielmi y éste definió desviado. Luego, De Giorgi se lució con grandes reflejos tras un cabezazo del Bocha Rodríguez y en el complemento el “uno” cordobés se volvió a agigantar para neutralizar a Zárate.
Arenero López estuvo más “vivo” La viveza, la experiencia y la picardía criolla juegan en el fútbol un papel más que importante. Héctor López es uno de esos futbolistas que saben jugar en ese terreno.
El Arenero se puso el equipo al hombro y su aporte fue fundamental: hizo jugar al equipo, participó en el golazo de su homónimo Rodrigo con su ejecución y fue el receptor del rigor rival, que desembocó en las expulsiones de Martín Aguirre y de Oscar Altamirano (éste respondió a una provocación y lo agredió sin pelota cuando ya tenía amarilla).
Los rivales suelen buscar a López, en la misma medida que los hinchas “de la casa” se lo reconocen. El Arenero, que dejó un buen recuerdo en el seguidor millonario tras su paso en el ascenso del 2011, fue aplaudido luego de abandonar la cancha y ser reemplazado por Franco Ascencio en el final.
Guantes sin fisuras
Rodrigo López (autor del gol), Federico Rodríguez, Juan Mauri y Leandro Navarro completaron el podio de las consideraciones del albo, que como dato positivo también mostró el rodaje de sus pibes (Gianfranco Marocco y Enrique Guardo). Ambos arqueros no se quedaron atrás. Si bien De Giorgi evitó una derrota más amplia en el clásico tras lucirse ante el Bocha y Zárate; Perelman también probó sus reflejos al ahogarle el empate a Altamirano y luego a Fretes en un tiro libre. Por el lado del cuervo, la labor de Fausto Apaza y las intermitentes excursiones en ataque de la flamante incorporación Mauro Boaglio sobresalieron del resto.