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Habló por primera vez la mamá de Ángeles Rawson

El crimen de Ángeles Rawson en 2013 fue uno de los más mediatizados de los últimos tiempos. En el transcurro de la causa hablaron innumerables personajes, abogados, familiares y amigos, entre otros. Pero la madre de la víctima, Jimena Aduriz, nunca se había expresado hasta hoy, cuando el caso ya está cerrado y Jorge Mangeri, portero del edificio donde vivía la joven, fue condenado a cadena perpetua por ser considerado el autor material del crimen.

Aduriz contó sus sensaciones sobre cómo fue tratado el caso en los medios, mostró su satisfacción por la condena a Mangeri, describió a Ángeles y elogió la marcha del #NiUnaMenos a la cual calificó como «un grito de la sociedad». «Estamos rearmándonos y es muy difícil porque nos falta una pata. Cuando uno vive la muerte de un hijo, hermano o una hija, como padre, madre o hermano, es tremendo. Hace dos años y medio que no la tengo más a Ángeles y sin embargo la extraño como si fuera el primer día», comenzó. Criticó duramente a los medios, sobre todo porque en su momento sembraron dudas sobre su marido, Sergio Opatowski: «Estuvimos 14 horas en la fiscalía y uno de los chicos podía comunicarse a las cortaditas con sus amigos que le iban diciendo lo que se estaba gestando afuera. Decían que apuntaban hacia la figura de mi marido Sergio como principal sospechoso y yo no entendía por qué. Vi que se hizo un reality show y se faltó a la ética fundamental del comunicador social y ese paso antes, como en todos los casos, fue mi hija».

Al respecto, sentenció: «Quiero llamar a la reflexión a todas las personas que intervinieron de este reality show, desde los más amarillistas hasta los menos, y voy a citar una sola cosa que a mí me dio muchísimo dolor. Primero, que se pusiera en duda lo que yo amé a esa criatura y lo que la amo. Segundo, que se pasara una cámara de mi hija yendo al camino de su muerte. Llamo a la reflexión y pregunto a todos los que intervinieron, ¿qué hubiera pasado si hubiera sido uno de sus hijos?». Aduriz también recordó el momento de la condena a Mangeri: «Me quedé sin aire. Sentí alivio porque fue ejemplar, porque es lo que se merece, pero por otra parte sentí que la habíamos vuelto a enterrar a Mumi por todo lo que significo el juicio en términos de volver a vivir toda la experiencia y los testimonios y todo lo que se dijo que uno desconoce».

Y contó sus sensaciones cuando lo escuchaba al hombre condenado por la muerte de su hija: «Pensé que iba a asumir su responsabilidad y cuando no lo hizo lo odié con toda mi alma. ¿Venganza? No, no es una palabra que esté dentro de mi vocabulario porque no es una emoción en mi corazón. Sí el odio, pero no conduce a nada. Contamina, entonces yo cuando tengo ira, odio, trato de que se me vaya y rezo para que se vaya. Lo entrego. Me pasó de querer morirme para estar con ella. Esa sensación de que no la voy a ver más, esa sensación de proyecto frustrado, de la contracara de la realidad».

Emocionada, recordó cómo era Ángeles: «Era muy especial. Muchos me dicen y yo me voy a terminar convenciendo de que fue un ángel con una misión. Era una persona muy íntegra, muy madura. Siempre le decía que admiraba en ella esa forma en que decía las cosas, las decía de una manera no frontal pero era plantada en su posición. Era muy involucrada en temas que quizá por su edad llamaba la atención». «El último acto de su vida que fue proteger su integridad y no dejar que Mangeri la violara fue como el corolario de su vida. Era una nena que estaba en contra del aborto y lo publicaba en Facebook y polemizaba con quien estuviera o no de acuerdo. Ella creía que no debía haber más Candelas. Creía en la grandeza de la patria, creía en la responsabilidad solidaria», agregó. Sobre esa actitud que tuvo contra Mangeri, opinó: «Es un orgullo muy grande que haya defendido su integridad como mujer. No debería haber sucedido, pero para mí es una gran maestra porque probablemente haya heredado cosas de mí y de su papá, y de sus papás del corazón. Es una nena que ha sido amada tremendamente, pero por eso yo siempre asumo con amor y responsabilidad el honrar su legado. Su legado fue este, el de la integridad, que ‘no’ es no».

En el final, elogió enormemente y se sintió identificada con la marcha #NiUnaMenos: «Fue un grito de la sociedad. Como ciudadana mujer me tocó profundamente, como mamá de una hija muerta por el hecho de ser mujer. Ese día fuimos a la plaza, fue emocionante la cantidad de gente. Me acuerdo que te vi y a mí me diste mucha paz y me sentí segura. A pesar de todo lo que era, me sentí segura». Y concluyó: «Sentí una manifestación, un pedido, un grito de todas las mujeres y de la sociedad, porque había hombres, para que esto empiece a parar. A partir de ahí hubo una concientización enorme. Lo que le agradezco al #NiUnaMenos es que me haya unido a las otras madres. Todas tenemos una hermandad que es que no tenemos más a nuestras hijas».