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Néstor Kirchner, a cuatro años de su muerte

El expresidente argentino fallecía hace cuatro años como consecuencia de una afección cardiovascular cuando se encontraba en El Calafate. Más allá de la congoja que causaba la noticia, su fallecimiento abría una nueva etapa en el proceso político que Argentina había iniciado en mayo de 2003. Más allá de las valoraciones que puedan hacerse sobre su obra de gobierno, Kirchner es reconocido como el hombre que recuperó el valor de la política como herramienta de transformación en un país que intentaba recuperarse de la profunda crisis que estalló en 2001 tras una década de recetas neoliberales.

Nacido el 25 de febrero de 1950 en Río Gallegos, Néstor ejerció la presidencia de la Nación entre 2003 y 2007; durante tres períodos gobernó la provincia de Santa Cruz (1991-1995; 1995- 1999; 1999- 2003) y fue intendente de su ciudad natal (1987-1991).

Además se desempeñó como convencional constituyente de la Asamblea que reformó la Carta Magna en 1994; resultó electo diputado en 2009 por la provincia de Buenos Aires y ejerció la Secretaria General del bloque regional UNASUR, función que cumplía al momento de su fallecimiento.

Luego de concluir sus estudios secundarios como bachiller en el Colegio Nacional de su ciudad, se trasladó en 1969 a la Plata para cursar la carrera de abogacía en Universidad Nacional ubicada en la capital bonaerense.

Allí, inició su militancia política al sumarse a las filas del Frente Universitario por la Revolución Nacional (FURN), donde compartió militancia junto a Carlos Kunkel, hoy diputado nacional por el FpV.

Por sus actividades políticas trabó amistad con varios estudiantes que se sumarían poco después a las filas de Montoneros y de la Juventud Universitaria Peronista (JUP), organización que subsumió a otras agrupaciones de corte peronista como el FURN.

En medio de ese clima de efervescencia política que se vivía en los años 70’, se realizan las elecciones presidenciales de 1973, que consagrarían la fórmula del justicialismo que integraban Héctor Cámpora y Vicente Solano Lima.

En septiembre de 1974, Néstor conoce a Cristina Fernández, y tras seis meses de noviazgo, la pareja se casa por Civil en La Plata, en una ceremonia muy austera a la que asistieron algunos familiares.

Eran los tiempos en los cuales la banda parapolicial de la Triple A cometía sus primeros crímenes y varios compañeros de militancia del joven matrimonio figuraron entre las primeras víctimas de esta organización ultraderechista.

Muchos compañeros de Néstor y Cristina pasaron a la clandestinidad, pero ellos permanecieron en la superficie, aunque ello no los dejó al margen de las persecuciones y el clima de represión que se vivía antes del golpe de 1976. Ambos fueron detenidos en varias oportunidades y tras recibirse Kirchner de abogado en 1976, se radican en Santa Cruz.

Durante el régimen de facto, se puso al frente de un estudio de abogados en Río Gallegos -se especializó en el cobro de deudas, especialmente en materia hipotecaria- y en 1983 volvió a la actividad política en las filas del peronismo, al fundar el Ateneo Juan José Valle.

ARTURO PURICELLI, RAFAEL GOMEZ WILSON Y NESTOR KIRCHNER.  YATASTO NOTICIAS

ARTURO PURICELLI, RAFAEL GOMEZ WILSON Y NESTOR KIRCHNER. YATASTO NOTICIAS

Con la recuperación democrática, integró la administración del gobernador santacruceño Arturo Puricelli, y en 1987 se consagró intendente de Río Gallegos. Cuatro años después ganó las elecciones a gobernador y debió hacer frente a una dura situación financiera que pudo sortear al cobrar la provincia las deudas por regalías petroleras de parte del Estado Nacional.

No obstante, en la segunda mitad de los años ’90, Kirchner se convirtió en opositor al presidente Carlos Saúl Menem desde el propio peronismo. Aunque Kirchner dejó para el recuerdo una frase: «Menem es el mejor presidente desde Perón» y también hay un discurso de Kirchner elogiando a Menem en 1995.

Encabezó varios reclamos por la coparticipación federal contra el Gobierno Nacional y se opuso a los intentos de Menem por lograr una interpretación forzada del texto constitucional reformado en 1994 que le posibilitara presentarse a un tercer mandato.

Kirchner apoyó en 1999 la candidatura de Eduardo Duhalde en las elecciones presidenciales que consagraron a Fernando De la Rúa como presidente del país. Por esos días, asumía como gobernador de Santa Cruz por tercera vez consecutiva y constituía el grupo Calafate, un espacio de reflexión política que se constituyó en el germen de lo que años más tarde sería el kirchnerismo.

Mientras la crisis económica se aceleraba, Kirchner intentaba perfilarse como un referente opositor al gobierno que rechazaba los lineamientos de Domingo Felipe Cavallo, que de la mano de De La Rúa cumplía su segunda gestión como ministro de Economía.

Tras la crisis de diciembre de 2001; la renuncia de De La Rúa y la sucesión de cinco presidentes en 10 días, Duhalde llegó a la presidencia a principios de 2002 en medio de un fuerte incremento de la desocupación y con el país en cesación de pagos. Debido a las repercusiones que provocó la Masacre del Puente Pueyrredón, Duhalde, que debía terminar su mandato en diciembre de 2003, llamó a elecciones anticipadas para entregar el poder en mayo de ese año.

Tras algunos cabildeos, el caudillo de Lomas de Zamora respaldó la candidatura de Kirchner en unas elecciones que se llevaron a cabo el 27 de abril. En la primera vuelta de esa compulsa, Menem ganó con el 25 por ciento de los votos y Kirchner obtuvo el 22, pero al desistir el riojano de presentarse en una segunda vuelta, el patagónico se consagró ganador y asumió el 25 de mayo.

Al llegar a la Casa Rosada, Kirchner tenía más desocupados que votos, sin embargo se preocupó desde un primer momento en acumular capital político y la relación que estableció con las organizaciones sociales resultó vital para oxigenar su gobierno en los primeros meses de gestión.

Negociar una quita para la deuda que Argentina había dejado de pagar en 2001; propiciar el cambio de la Corte Suprema e impulsar la anulación de las leyes de Obediencia Debida, Punto Final y los Indultos de Menem fueron los ejes de los primeros meses de gobierno.

El gobierno de Kirchner logró, en 2005, un primer canje de la deuda en el que entraron el 76 por ciento de los acreedores privados y al cancelar las obligaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), alcanzó un superávit fiscal e incrementó las reservas monetarias del país.

En las elecciones legislativas de ese año rompió la alianza que mantenía con Duhalde, y obtuvo un categórico respaldo en las urnas. El alejamiento de Roberto Lavagna, ministro de Economía de Duhalde que negoció el canje de la deuda, no le impidió al país mantener una tasa de crecimiento de 9 por ciento hasta 2007. Con esos índices favorables en cuanto a lo económico se redujeron en la gestión de Kirchner la desocupación, los índices de pobreza y aumentaron las exportaciones y la producción industrial.

En materia internacional buscó la unidad regional y el acercamiento con los gobiernos de Lula en Brasil y Hugo Chávez en Venezuela, con los cuales constituyó una importante alianza estratégica. En base a ese entendimiento, los países del Mercosur rechazaron la constitución de un acuerdo de libre comercio que Estados Unidos quería imponer para todo el continente americano en la cumbre de Mar del Plata.

Kirchner dejó el Gobierno en 2007 en manos de Cristina, que en octubre de ese año resultó electa como presidenta por el 47 por ciento de los votos, pero mantuvo su liderazgo al frente del proyecto político que encarnaba el Frente para la Victoria. Los debates por la resolución 125; la Ley de Medios y la creación del Matrimonio Igualitario, tuvieron al santacruceño en la primera línea de un gobierno que buscaba profundizar algunos aspectos de su gestión.

La salud del líder del kirchnerismo se agravó en aquellos años de fragor político, y tras ser intervenido en febrero y septiembre, fallece el 27 de octubre 2010, en El Calafate, el mismo día en el que se realizaba el Censo Nacional. Sus funerales fueron multitudinarios.

La Otra campana

El diario Hoy en la noticia -nacido el 10 de diciembre de 1993-, que se edita en la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires, en un artículo «Los Kirchner», publicado en 2013,  expone la otra campana en torno a la figura de Néstor Kirchner.

Años de plomo

Para responder el interrogante sobre el patrimonio de la familia presidencial es necesario retrotraernos en el tiempo y ubicarnos en los años de plomo, durante la dictadura militar, cuando un abogado recién recibido en la UNLP decidió volverse a sus pagos, en Río Gallegos, junto a su joven esposa, nacida en La Plata.

El relato oficial indica que Néstor y Cristina decidieron radicarse en el Sur luego de haber tenido una activa militancia en el peronismo revolucionario de los ‘70. La realidad es bien diferente: los dos eran ilustres desconocidos y su radicación en territorio patagónico nada tuvo que ver con la represión ilegal. Respondió a la necesidad de hacer negocios con la usura, para lo cuales la familia Kirchner tenía amplia experiencia.

Así fue como Kirchner abrió un estudio jurídico y se convirtió en el apoderado de la firma Finsur, que se especializó en el cobro de deudas, especialmente en materia hipotecaria. Corrían los años de la dictadura militar y José Martínez de Hoz era titular del ministro de Economía, desde donde se impulsó la famosa Circular 1.050 del Banco Central.

Se trata de una medida instrumentada en enero de 1980 que puso a disposición de los argentinos un crédito en el que las deudas se indexaban por la tasa de interés vigente en el mercado. Pero, con el correr del tiempo, las tasas subieron y las deudas se incrementaron hasta superar los valores de las viviendas hipotecadas y muchos propietarios fueron “obligados” a vender. Los Kirchner supieron sacarle jugo a esa resolución, a costa de la ruina de decenas de sus coprovincianos.

Néstor Carlos Kirchner junto al general Oscar Guerrero, discípulo de Camps, en un acto oficial durante la dictadura. (Foto: Diario "Correo del Sur") Yatasto

Néstor Carlos Kirchner junto al general Oscar Guerrero, discípulo de Camps,
en un acto oficial durante la dictadura. (Foto: Diario «Correo del Sur») Yatasto

“La realidad es que Cristina jamás fue una abogada exitosa. Por el contrario, siempre estuvo a la sombra de Néstor. Ellos, en su estudio jurídico, se habían especializado en la cobranza de deudas ejecutivas que le daban gran rentabilidad, requerían poco esfuerzo y eran de trámite sumarísimo. Era una época en la que prácticamente no existían tarjetas de crédito. Por eso, la gente que se endeudaba firmaba pagarés. Y cuando no lo podían pagar, aparecía Néstor ofreciéndole un precio vil por su propiedad para evitar el remate de su propiedad”, le dijo al diario Hoy el exdiputado Rafael Flores, que estudió Derecho junto a Néstor y Cristina en la Universidad de La Plata. Flores también es oriundo de la provincia de Santa Cruz y ejerció la abogacía en momento en que Kirchner tenían su estudio jurídico.
El exdiputado agregó: “Lo que casi nadie se pregunta es cómo incrementaron su patrimonio durante los 12 años en que los Kirchner gobernaron Santa Cruz. Jamás presentaron una declaración jurada pública, lo hacían en sobre cerrado en la Asesoría General de Gobierno y nadie los abría. Podía haber metido adentro hasta una historieta de Paturuzú y jamás nadie se hubiese enterado”.

Siniestro personaje
En los ‘80, los Kirchner, en Santa Cruz, también se dedicaron a defender siniestros personajes. Uno de ellos, llamado González Rouco, fue subjefe de policía y estuvo vinculado con la represión de la dictadura militar. González Rouco abusó y violó a numerosas víctimas, entre ellas, a la sobrina de otro jefe policial. Por eso lo apodaron “el Sátiro del Pasamontañas”. Al final, lo condenaron a dieciocho años de cárcel.
Néstor, Cristina y su otro socio, Domingo Ortiz de Zárate, no sólo aceptaron la defensa del acusado. Desde su estudio jurídico, en charlas informales, hasta llegaron a argumentar que no podía considerarse violación forzar a una mujer a practicar sexo oral.
Llamativamente, desde ningún organismo de derechos humanos, cuyos dirigentes suelen sentarse en primera fila en los actos de CFK, jamás se mencionó una sola letra sobre este episodio. Prefieren callar y a cambio también obtienen sus recompensas, como está sucediendo actualmente con el manto de impunidad que se le tendió a Hebe de Bonafini, cuya fundación -donde el parricida Sergio Schoklender era amo y señor- administró fraudulentamente más de $700 millones enviados por el Estado para construir casas. Bonafini sigue libre, ni siquiera está imputada.

El abuelo represor en la Patagonia Rebelde

Tiempo atrás salió a la luz que el suizo Karl Kirchner, el abuelo de Néstor, colaboró en 1920 en la matanza de trabajadores en la Patagonia y fue prestamista en la ciudad de Río Gallegos, capital de la provincia de Santa Cruz, en la que Néstor nació y llegó a ser intendente y gobernador, antes de llegar a la Casa Rosada. Esa historia negra del abuelo del ex presidente fue destapada por el historiador Osvaldo Bayer, autor de La Patagonia rebelde. Allí reveló los fusilamientos de miles de peones rurales en 1920 y 1921, porque hacían huelgas reivindicando mejores condiciones de trabajo.

En base a aquella investigación se realizó la película homónima La Patagonia rebelde que fue prohibida en los ‘70 y llevó a que Bayer tuviera que refugiarse en Berlín hasta el final de la dictadura militar en 1983. “Karl Kirchner era el fotógrafo de los militares. Los acompañaba y sacaba las fotos de los obreros que eran detenidos ilegalmente y luego fusilados” detalló Bayer, que hasta mostró los retratos de aquellas capturas, a cuyo pie el propio reportero escribía “los revoltosos” en referencia a los huelguistas.
Bayer también explicó que el “abuelo de Kirchner facilitaba dinero a quien se lo pidiera en Río Gallegos a cambio de una devolución con suculento interés”.
“Tenía un restaurante con señoritas ¿Me entiende?”, dijo el historiador para referirse en forma elegante al tipo de actividad a la que se dedicaba Kirchner abuelo y agregó: “Además era prestamista o usurero”.


En los panfletos que la Sociedad Obrera de Río Gallegos repartía por entonces puede leerse hoy que ese sindicato llamaba al boicot contra Karl Kirchner y otros cinco comerciantes de renombre en la ciudad, a todos los cuales acusaban en el lenguaje propio de la época de “explotadores” y “zánganos de la colmena social”.

Kirchner

Una radiografía del patrimonio
La última declaración jurada de Néstor Kirchner consignó un patrimonio superior a los $70 millones.  Y sólo sería una parte del patrimonio real ya que la familia K también tendrían varios socios que actuarían como testaferros.
Tras la muerte de su esposo, la presidenta Cristina Kirchner heredó  $31.637.916 pesos. Así se desprende de su última declaración jurada de bienes ante la Oficina Anticorrupción, la primera presentada tras la sucesión de los bienes que tenía la pareja presidencial.

Lupo o Lupín son los sobrenombres con que en su Santa Cruz natal conocen a Néstor Kirchner. De ahí es que, tras los millonarios negocios inmobiliarios que desarrollaron en la bellísima ciudad de El Calafate tanto el matrimonio presidencial como funcionarios y amigos de la familia, en la provincia a esa localidad de la conozca como Lupolandia.

Lupo o Lupín son los sobrenombres con que en su Santa Cruz natal conocen a Néstor Kirchner. De ahí es que, tras los millonarios negocios inmobiliarios que desarrollaron en la bellísima ciudad de El Calafate tanto el matrimonio presidencial como funcionarios y amigos de la familia, en la provincia a esa localidad de la conozca como Lupolandia.

La palabra herencia es la más repetida en la declaración jurada del año pasado a la hora de explicar el origen de los fondos con los que incorporó al patrimonio sus bienes. Así, sólo figuran como obtenidos con ingresos propios 35.000 pesos en efectivo y la mitad de su casa de Río Gallegos, adquirida en 1979, y la mitad de un departamento en Recoleta. El resto es herencia de Néstor Kirchner, donde se destacan la mitad de su camioneta Honda CRV y la mitad de casas, locales, departamentos y terrenos en Río Gallegos, El Calafate y Buenos Aires.
En esa larga lista de 28 propiedades se destacan lotes de hasta 47.000 metros cuadrados en El Calafate, con valuaciones fiscales de exiguos 3700 o 2440 pesos. También está declarado el 50 por ciento de la casa familiar de El Calafate donde murió Néstor Kirchner. Esa vivienda, de 520 metros cuadrados, tiene mejoras declaradas por 289.354 pesos.

(Nota publicada por diarohoy.net el 17 de febrero de 2013)

Con Néstor Kirchner murió la política

En el aniversario de la muerte de Néstor Kirchner, el ex presidente Eduardo Duhalde aseguró que con el fallecimiento de su sucesor, ocurrido hace cuatro años, «murió la política» y, en el Gobierno, «quedó el acting», e insistió con que la primera mandataria Cristina Fernández «no está bien».

Según Duhalde, durante el primer mandato de Cristina Fernández, el Ejecutivo era conducido por «un doble comando: Néstor Kirchner era una especie de primer ministro. En Olivos atendía a gobernadores, intendentes, empresarios, trabajadores», que «salían del despacho con las decisiones».

«A Cristina le correspondía la actuación. Se preparaba, se producía, y hablaba, que es una cosa que Cristina siempre ha tenido una capacidad para expresarse», dijo Duhalde.

Según el ex presidente, con Kirchner «muere la política y queda el acting, y con el acting no se puede, máxime cuando no tiene la más mínima condición en cómo se gobierna, cómo se toman las decisiones, de qué forma se gestiona. No hay condiciones. Hay un dicho: lo que la naturaleza no da… no me acuerdo cómo termina el dicho».

«Puede parecer un despropósito, pero (a Cristina Fernández) la conozco muy bien, hace muchísimos años. Es una persona que no está bien, es una persona que tiene algunos problemas, que los ha tenido siempre. Lo de la bipolaridad me lo dijo un médico de ellos: hace como quince años, después de un enojo muy grande, la escuchábamos gritar, estábamos con el médico afuera, y me lo contaba», prosiguió.